Sala-i-Martin obtiene un cum laude en ridículo por la operación Barça Media

El profesor había avalado la operación de su salida en bolsa, que Laporta ya ha decidido suspender por falta de inversión y riesgo de grandes pérdidas, como La madre de todas las palancas?

Xavier Sala-i-Martin

Foto: TV3

Sólo es cuestión de tiempo que, por desgracia para el Barça, la arrogancia y la soberbia de personajes como Xavier Sala-i-Martin no sólo le pongan a él mismo en ridículo, sino que agraven al estado de precariedad y ruina en que se encuentra el club. El que fue en su día presidente de la comisión económica (2004-2008) y más tarde directivo (tesorero) en la primera presidencia de Joan Laporta, considerado junto con Joan Olivé el responsable directo de cerrar el ejercicio 2009-10 con 84 millones de pérdidas, puede felicitarse del tuit firmado hace poco más de dos meses con motivo de las grandes operaciones de financiación filtradas por su compinche, amigote y presidente Joan Laporta.

«La madre de todas las palancas…», soltó con su habitual presunción y fanfarronería para acallar así, con contundencia, todas aquellas bocas maledicentes que temían la reproducción de graves problemas para la inscripción de jugadores, exactamente igual que en los dos veranos anteriores de la segunda era Laporta.

En aquel momento comenzaba a visualizarse que la venta de Barça Studios a Socios.com y Orpheus Media no había sido más que otro truco financiero con la finalidad exclusiva de eludir la carencia de ingresos y embaucar a LaLiga, a los auditores y a los socios. Sala-i-Martin, por iluso, por cómplice o directamente por ignorante, le siguió el juego a Laporta en ese contexto generalizado de seguidismo, sumándose al mismo entusiasmo de la prensa, de su fiel legión de influencers y laportistas en las redes azulgrana y, por elevación, de los socios y del barcelonismo urbi et orbi.

El comentario en cuestión, tirado por Sala-i-Martin con la petulancia de quien se siente más ingenioso y reputado que nadie por su condición de profesor y firmante de libros en materia económica, llegó a resonar en el entorno laportista como una bomba atómica de likes y de reproducciones capaz de aplastar y acabar de una vez por todas con la maledicencia y dudas respeto de los problemas financieros de Laporta para completar la plantilla.

Las dos oportunidades de negocio que manejaba Laporta proyectaban un futuro nunca visto. Por un lado, la prensa fue embaucada desde el club dando por hecho que el presidente y un pequeño séquito de directivos habían viajado a Catar para sellar un acuerdo multimillonario para vender franquicias del Barça por todo Oriente Medio. Los palmeros celebraron aquella idea original como otra jugada maestra, cuando en realidad los intereses del viaje eran más bien privados, sin tener en cuenta que cualquier fortuna media de la zona podría comprar el FC Barcelona sin pestañear y sin realizar un gran esfuerzo económico. ¿Para qué, entonces, pagar un dineral por un equipo franquicia o una especie de filial?

Por otra parte, sí que tuvo más recorrido mediático la ocurrencia de sacar a bolsa Barça Media, sociedad creada para intentar capitalizar los contenidos, la videoteca y la herencia de Barça TV, junto con los activos digitales de última generación como Web3, Fan Tokens y NFT, que, según se anunció en un comunicado oficial, iban a salir en el índice Nasdaq con un valor inicial de 900 millones de dólares a partir de diciembre.

Se han escrito ríos de tinta y ocupado enorme espacios en las redes sobre las alabanzas y el ingenio de algo que, extrañamente, no se le había ocurrido a ningún otro club deportivo del planeta, eso sí a base de registrarla en Países Bajos y envolverla en forma de SPAC -una sociedad vacía de activos y de un propósito comercial definido, creada con el único propósito de servir a otra empresa- con sede en un paraíso fiscal como las Islas Caimán. Un invento que ya ha pasado de moda por inútil y arriesgado, consistente en utilizar una sociedad ya inscrita en el Nasdaq a la espera de una sociedad con prisas por empezar a cotizar.

No han transcurrido ni tres meses desde aquella explosión de entusiasmo a la triste realidad de la práctica confirmación de su entierrao y sepultura porque, al igual que la propia matriz original de la sociedad, Barça Studios, no es capaz de atraer el menor interés de los inversores.

Ni ha llegado el dinero prometido de Libero ni de Nipa, que ha cobrado varios millones por la gestión (risas) ni la sociedad Mountain and Co, que iba a darle salida a bolsa a esa Spa bajo la divisa de Barça Media, le da ninguna esperanza de desarrollo, con el riesgo añadido de que si este martes no llega esa inyección de capital prometido por Libero Football Finance Ag, el Barça se arriesga a indemnizaciones enormes en el futuro. Como está planteado el negocio, y en el supuesto de que finalmente Barça Media saliera a cotizar y bajara su valor inicial, Mountain and Co tendría derecho a recuperar ese diferencial, una posibilidad que se ha dado en no pocas SPAC.

Así de claro lo explica La Vanguardia en el análisis de Manel Pérez: «Utilizar este instrumento acelera el desembarco en el mercado, con menos controles previos, entre ellos los de la valoración, que queda en manos exclusivas de los socios que participan en la operación, es decir, Mountain, el Barça y el resto de socios (…) Pero nada está asegurado, excepto para los inversores de Mountain, que tienen mecanismos de garantía y de recompra si las acciones caen por debajo del precio de salida a bolsa, algo que sucede en buen número de las operaciones con una SPAC. Y que obligaría al club a que aflorara cuantiosas pérdidas».

Laporta ya había pedido un aplazamiento formal hasta marzo de 2024 en previsión de que, en efecto, se materializase esta prevista marcha atrás de Libero en otro episodio que, secuencia a secuencia, repite la estructura de la falsa venta de Barça Studios en agosto de 2022. Con la diferencia de que esta vez, al tratarse de una reposición de fondos que ya debieron ser provisionados hace meses, LaLiga no se creyó este otro cuento de Laporta que al final hubo de avalar, entre él y su junta, la parte proporcional utilizable para inscribir jugadores en el último momento.

La que iba a ser la madre de todas las palancas ha sido otro grotesco paso en falso de Laporta y de quien, como Xavier Sala-i-Martin -también socio/cómplice/ enterrador en la desaparición del Reus-, cantó al mundo una operación ficticia y cada vez con más visos de ser otro montaje de la misma banda. El profesor Sala-i-Martin ha sacado esta vez un cum laude en ridículo, se supone que por poner su prestigio y reputación académica, más que dudosa en el ámbito barcelonista, a disposición de otro invento de Laporta. Si es que de verdad hizo el tuit convencido del éxito de la operación, entonces ya habría que poner en entredicho esa notoriedad que se le atribuye como economista.

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